lunes, 6 de diciembre de 2010

Preparándose para la guerra.

En cualquier instante, en cualquier momento de nuestra vocación (si buscas lo asalariado, mejor dedicate a la poesía) tendremos que  enfrentarnos a la cruda realidad, como profesionales,  de este complejo mundo.
Algunos, como novatos pasarán la prueba, otros quizás, tiren la toalla. Muchos gurdarán la apariencia de fortaleza y dedicación, pero se derrumbarán como castillos de arena, los afectados, notarán su desmotivación y el proyecto será como "la casa de paja de los tres cerditos", a punto de  ser invalidado.
 Los que menos, reconocerán las circunstancias y la incapacidad por la falta de ejercicio, pero serán valientes, se enfrentarán con dudas y miedos, incertidumbres y sorpresas. Pero lo harán porque les motiva la esperanza, porque son valientes, porque les gusta lo "imposible", son arriesgados, resolutivos, con capacidad de adaptación y supervivencia. Son capaces de meterse en el "pellejo de otra persona". ¡Desde luego que no triunfarán siempre! Pero cada derrota será una nueva experiencia, porque no hay camino echo, si no que se hace camino al andar. Estarán dispuestos a ser formados en el ejercicio de lo inesperado, ya que sin lugar a dudas se van a enfrentar a casos que de libro, pasaran a ser reales, y creanme, la realidad nada tiene que ver con los libros...
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